Imágenes Históricas: La independencia de Guinea Ecuatorial.
Culturas milenarias habitaban, desde hace siglos, los territorios de la República de Guinea Ecuatorial. Los primeros europeos que llegaron hasta aquí fueron los portugueses, que exploraron el Golfo de Guinea entre 1471 y 1474. La isla de Bioco fue bautizada como “isla de Fernando Poo” en homenaje a su descubridor.Pero desde entonces y durante décadas, la zona se convertirá en uno de los principales escenarios del mayor crimen sufrido por el continente africano: el tráfico de esclavos. Miles, millones de seres humanos fueron apresados tanto en la isla como en el interior del continente, alejados de sus pueblos y familias, y trasportados como animales por esta zona marítima, para ser vendidos en Europa y en América.
En 1777, mediante el Tratado de San Idelfonso, las islas pasan a ser posesión española. Sin embargo, el primer gobernador español que llegó a los territorios, el Conde de Argelejo, murió poco después de recibir el nombramiento.
Durante años, los ingleses y los españoles se disputan el control de la isla de Bioco, aunque al final, ésta se convierte en española. Al principio del siglo XX, tras la Conferencia de Berlín y el Tratado de París, se reducen drásticamente las posesiones españolas en África, que quedan limitadas a 26.000 kilómetros repartidos entre la isla de Fernando Poo y la zona continental del Río Muni.
La Guerra Civil española y posteriormente la Segunda Guerra mundial influyen sobre el incremento de la colonización de Guinea Ecuatorial que inicia un periodo de auténtico auge. Este hecho tuvo gran influencia sobre el desarrollo de obras públicas, así como el crecimiento de instituciones educativas y sanitarias. A mediados de los años cuarenta, la colonia ecuatoguineana produce más de 18.000 toneladas de un cacao considerado como el mejor del mundo y 6.000 de café, además de madera tropical. La rentabilidad de la colonia proporciona a los españoles de Guinea unas rentas mucho mayores que las del resto de la metrópoli y un modelo de vida mucho más avanzado en muchos sentidos. Sin embargo, los derechos de los nativos eran prácticamente inexistentes. Comienzan a surgir movimientos independentistas, como el Movimiento Nacional de Liberación de Guinea (Monalige), dirigido por Atanasio Ndongo, que nace en la clandestinidad.
En marzo de 1959 la colonia pasa a ser una región española más, formada por dos provincias: Fernando Poo y Río Muni, con Santa Isabel y Bata como capitales respectivas. Con este cambio, la población autóctona también es nacionalizada y adquiere los mismos derechos que los colonos.
En 1960 España suscribe la Declaración de Naciones Unidas sobre la concesión de independencia a los territorios coloniales e inicia los primeros pasos para iniciar este proceso en Guinea. En 1963 el Gobierno español concede a Guinea el estatus de autonomía, que no existe en la península. En diciembre se lleva a cabo un referéndum mediante el cual se aprueba la misma. Comienza así, en 1964, el gobierno autonómico dirigido por Bonifacio Ondó Edú como Presidente y Francisco Macias como Vicepresidente.
En 1967 se lleva a cabo la Conferencia Constitucional que tiene como fin redactar una Constitución que dé paso a la independencia de Guinea Ecuatorial. La metrópoli presenta una Carta Magna que finalmente es aprobada. Todo el proceso de independencia ecuatoguineano es declarado “materia reservada” por el Gobierno Español para evitar que lleguen las noticias sobre la apertura democráticas al resto del país. En los comicios para elegir al presidente del nuevo estado, saldría elegido Francisco Macías Nguema. Y de esta manera, el 12 de octubre de 1968, con la visita del comisionado del Gobierno, Manuel Fraga, se proclama la independencia de la República de Guinea Ecuatorial.
Cada año se conmemora esta festividad con distintos actos que en los últimos años han estado presididos por el actual Jefe del Estado, S.E. Obiang Nguema Mbasogo. El pasado año, 2009, la ceremonia del 12 de Octubre se cerró con el discurso del Presidente de la República, quien hizo alusión al “pasado triste sufrido por el pueblo africano”. Un discurso de corte africanista, que recordó la deuda pendiente de los pueblos occidentales con el continente africano.
Imágenes cedidas por la Radio Televisión de Guinea Ecuatorial.