Ya han transcurrido aproximadamente tres meses desde que se detectaron en China los primeros casos de COVID-19. Desde ese momento hasta ahora no ha parado de crecer a nivel mundial el número de víctimas de este letal virus.

Los primeros casos de COVID-19 se detectan el pasado diciembre en China. Pocos días  después de los primeros miles de fallecimientos en el gigante asiático el mundo se alarma sobre la letalidad de este virus que afecta a todas las razas por igual.

En menos de dos meses el virus llega a Europa, continente que en pocas semanas  se convierte en el nuevo foco mundial del COVID-19. Los gobiernos de países como Italia, España y Francia, entre otros, ante la amenaza del coronavirus trazan rápidamente medidas de con?namiento con el propósito de evitar lo peor; cierran universidades, colegios, lugares de ocio, prohíben aglomeraciones e incluso cierran sus fronteras de aire y tierra; sus respectivos ejércitos se suman a la lucha contra el COVID-19 y recomiendan a los ciudadanos lavarse las manos con frecuencia, y guardar la distancia de uno o dos metros.

Tras dos semanas de la declaración del estado de alarma, sobre todo en España, se endurecen las medidas de con?namiento por el brusco crecimiento de víctimas mortales; solo quedan en funcionamientos actividades relacionadas con la salud, el suministro eléctrico, medios de comunicación y de alimentos, prohibiendo a los ciudadanos salir a la calle.

Actualmente, el virus ya ha matado a más de 67 mil personas y ha infectado a más de un millón; en algunos países incluso han fallecido más de 900 personas al día.

Texto: Clarencio Ndong
Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial

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